La generación de energía fotovoltaica se basa en el principio del efecto fotovoltaico, que utiliza células solares para convertir directamente la energía solar en energía eléctrica. El componente clave es el panel solar, que se puede encapsular y proteger tras conectarse en serie para formar un módulo de células solares de gran superficie, y que, junto con controladores de potencia y otros componentes, conforma un dispositivo de generación de energía fotovoltaica. El principio se fundamenta en el efecto fotoeléctrico de los semiconductores. Cuando un fotón incide sobre un metal, su energía puede ser absorbida completamente por un electrón en el metal. La energía absorbida por el electrón es lo suficientemente grande como para superar la fuerza gravitacional interna del metal, realizar trabajo, escapar de la superficie del metal y convertirse en un fotoelectrón.
La generación de energía fotovoltaica presenta numerosas ventajas. No emite sustancias nocivas, incluidos gases de efecto invernadero; no produce ruido ni contaminación, y los recursos de energía solar son abundantes e inagotables. Por lo tanto, en comparación con otras tecnologías de generación de energía como la eólica, la biomasa y la nuclear, la energía fotovoltaica se posiciona como la tecnología de generación de energía renovable con el concepto de desarrollo más sostenible.
El uso de combustibles fósiles tradicionales disminuye día a día, y el daño al medio ambiente es cada vez más evidente. El 22 de septiembre de 2020, el presidente Xi Jinping anunció en el 75.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que China se esfuerza por alcanzar el pico de emisiones de dióxido de carbono para 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2060.
En el marco del objetivo de la “doble neutralidad de carbono”, la industria fotovoltaica representa una nueva oportunidad de desarrollo. La energía fotovoltaica, como energía renovable, tiene la viabilidad de sustituir al carbón en términos de potencial de recursos fotovoltaicos, coste tecnológico y coste de construcción, impulsando así la transformación del sistema eléctrico. Con el firme apoyo del Estado, han surgido en mi país numerosas empresas competitivas a nivel internacional. En 2022, la producción nacional de silicio cristalino de alta pureza alcanzó el 90% de la producción mundial; las barras y obleas de silicio representaron el 97% del total mundial, y los componentes, entre el 75% y el 80%. En esta etapa de desarrollo ecológico, bajo en carbono y de alta calidad a nivel mundial, China se ha consolidado como el principal impulsor de la transición energética global, convirtiendo a la industria manufacturera y la tecnología chinas en protagonistas indiscutibles de dicha transición.
Fecha de publicación: 20 de mayo de 2023